Insectos comestibles: un gran desafío para nuestro futuro alimentario

El comer insectos, también conocido como entomofagia, se remonta a los albores de la humanidad. Sin embargo, esta práctica se había ido perdiendo con el tiempo en la mayoría de los países occidentales, dando paso a un cierto disgusto con estos pequeños invertebrados. Aunque estos últimos se han labrado un lugar especial en las tradiciones culinarias y la cultura gastronómica de muchos países de Asia, África y América Latina.

Sin embargo, las cosas están cambiando en Occidente. De hecho, desde hace varios años, bajo el impulso de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), comer insectos comestibles se ha convertido en una tendencia, tanto en Europa como al otro lado del Atlántico. Tanto es así que ahora es posible en Francia comprar fácilmente insectos comestibles (grillo, oruga de mariposa, escarabajo, chinche de agua gigante, etc.) en tiendas o en sitios especializados.

Primer plano de estos pequeños invertebrados que cambiarán drásticamente nuestros hábitos alimenticios en los próximos años.

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Consumo de insectos en Europa y en el mundo

Comidos crudos o cocidos, enteros o reducidos a harina, los insectos comestibles completan la dieta de 2.500 millones de entomófagos en el mundo. El consumo de insectos, también llamado entomofagia, es de hecho una práctica común en muchos países de Asia (Tailandia a la cabeza de la lista), África y América Central.

Barritas proteicas de cereales, pesto de lombriz, galletas de langosta… En Estados Unidos están de moda los productos alimenticios a base de insectos. Los grillos y los gusanos de la harina son los más consumidos.

En Europa, los insectos comestibles también se están abriendo paso en los hábitos alimentarios de las personas. Y los grillos son populares en el Viejo Continente.

En cualquier caso, el detonante se produjo a raíz de la publicación en 2013 de un informe de la FAO, titulado «Insectos comestibles: perspectivas para la seguridad alimentaria y la alimentación animal». Este documento indica, entre otras cosas, que habrá que aumentar la producción de alimentos a nivel mundial en un 70% en 2050, para poder alimentar a los aproximadamente 9.000 millones de habitantes que tendrá entonces nuestro planeta.

Para lograr este objetivo, la FAO aboga por la valorización de los insectos comestibles como alternativa a la carne. La producción de estos últimos es demasiado codiciosa en recursos naturales (energía, agua, cereales, etc.).

Cabe señalar que la ONU y la FAO iniciaron su campaña de sensibilización de los occidentales a favor de la entomofagia en 2008. Por su parte, la Unión Europea ha invertido 3 millones de euros en investigación y promoción de esta dieta en 2011.

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Los beneficios nutricionales de los insectos

Sabrosos (una vez pasadas las ideas preconcebidas), los insectos comestibles parecen tenerlo todo, especialmente en términos de aporte nutricional y huella ecológica, en comparación con la carne, cuya producción consume demasiada energía. La comunidad científica internacional también cree que bien podrían ser LA solución para alimentar a la humanidad de forma saludable y sostenible.

En términos de aporte nutricional, los insectos comestibles contienen nutrientes esenciales, incluidos:

  • Proteínas: Contienen más proteínas que la carne. Así, el grillo tiene 3 veces más que la carne de vacuno. Y 20 gramos de langostas cocidas equivalen al valor energético (proteínas más grasas) de un bistec de 110 g.
  • Vitaminas: B1, B2, B3, C, D, etc.
  • Minerales: calcio, magnesio, manganeso, hierro, fósforo zinc, etc.
  • Ácidos grasos esenciales: ácido linoleico, etc.
  • Muy buen contenido en fibra: los insectos contienen más que la carne, tanto como las legumbres.
  • Omega-3 y omega-6.

Además, los insectos son relativamente bajos en ácidos grasos saturados y colesterol. Y sus niveles de lípidos pueden variar de 4 a 7%.

Si está a dieta, lo mejor para usted es incluir carne de saltamontes, langostas u hormigas en su dieta. Porque estos insectos tienen niveles de lípidos por debajo del 5%.

Y para las personas que sufren de desnutrición, se les recomienda consumir termitas, gusanos de la harina y otras larvas.

Nota: la composición nutricional de los insectos varía mucho de una especie a otra. Según algunos estudios, la alimentación con la que se alimentan influye en su perfil nutricional.

Los diferentes usos de los insectos

Los insectos se cosechan en la naturaleza (y más particularmente en el bosque) o se crían en masa en granjas de cría por diferentes motivos. Estos pueden ser:

  • Comida.
  • Económico (por ejemplo, apicultura para la miel y sus derivados, sericultura para la seda).
  • Agrícola (crianza de insectos para la protección de cultivos).
  • Médico (terapia con gusanos).
  • Investigación científica (mejoramiento vegetal y control químico).
  • Educativo y recreativo (zoológicos y mariposarios).
  • Diversión (coleccionar insectos, estamos hablando más de entomología).

El insecto, ese imprescindible

Además de ser un excelente alimento tanto para humanos como para animales, y junto al resto de usos que se les da anteriormente, los insectos también juegan un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de la naturaleza.

Participan en:

  • Fertilizar el suelo y suministrarle fertilizantes naturales.
  • A bioconversión: descomposición de excrementos animales y reciclaje de residuos orgánicos (por moscas, escarabajos, etc.).
  • Control de plagas, gracias al control biológico natural.
  • Reproducción vegetal, gracias a la polinización de las plantas (por abejas, abejorros, etc.), asegurando así un papel preponderante en la producción de frutas y hortalizas en el mundo.
  • A la biodiversidad.

Tenga en cuenta que las hormigas también practican la entomocultura o la cría de insectos. De hecho, crían hemípteros (pulgones, cochinillas, chinches) para recolectar su dulce melaza y también para comerla.

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La especie más consumida en el mundo

De los 1,3 millones de especies de insectos actualmente enumeradas en todo el mundo (de un total estimado de entre 5 y 80 millones de especies posibles), se consideran poco más de 2100 especies (cifras de 2017). comestible por el Laboratorio de Entomofagia de la Universidad de Wageningen (Países Bajos). Esta institución publica periódicamente una lista mundial de insectos comestibles .

Los principales grupos de especies de pequeños invertebrados más consumidos en el mundo, según la FAO, son los siguientes, en orden decreciente de cantidad consumida:

  • Escarabajos (31 %): escarabajos.
  • Lepidópteros (18 %): orugas de mariposas.
  • Hymenoptera (14%): abejas, avispas y hormigas.
  • Ortópteros (13%): saltamontes, langostas y grillos.
  • Hemípteros (10%): cigarras, chicharritas, cochinillas y chinches.
  • Isoptera (3%): termitas.
  • Odonata (3%): libélulas.
  • Dípteros (2%): moscas.
  • Otros (6%).

Es bueno saber: los franceses consumen actualmente 12 toneladas de insectos comestibles al año. La gastronomía entomófaga se pone de moda, esta cifra está en constante aumento.

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